La verdad nos hará libres
Sin duda alguna nuestra sociedad ha cambiado, estamos viviendo tiempos finales. El pensamiento y la corriente de este siglo se ha empoderado de nuestra sociedad. A Satanás le han bastado aproximadamente 30 años para influir al mundo a través de las comunicaciones, en jardines infantiles, en Escuelas, en Universidades, en la sociedad en general, con el diabólico pensamiento humanista secular moderno, que lo único que pretende, es borrar a Dios del planeta.
Y no han hecho otra cosa que cambiar las mentes de aquellos que pretendían una educación y formación que les llevaría al bienestar deseado.
Las leyes que se están aprobando hoy en el Congreso auspiciadas por las autoridades de nuestra nación llevarán a ésta, a la más absoluta confusión, debacle y perversión de nuestros ciudadanos. Desgraciadamente, los grupos abortistas y homosexuales, están tratando de marcar la agenda.
¿Y qué de la propuesta del gobierno «prosperar en equidad”?. ¿Hay alguna manera de prosperar en equidad sin proteger el derecho a la vida y a la familia como célula básica de la sociedad? ¡De ninguna manera!
Este acontecer es a nivel mundial, algunos creyentes opinan que “no hay nada que hacer» porque esto, ya está vaticinado, eso es una verdad absoluta, pero a la vez, Dios en Su Palabra nos amonesta y ordena que debemos influir y/o intervenir en esta sociedad entregada a la oscuridad, proclamando el Evangelio Eterno; y más que eso, con nuestro testimonio alumbrar y resguardar en lo que nos sea posible los valores y los principios divinos que nos conducen a la verdadera vida diseñada por el Creador, que trae paz y sosiego para el alma
Leyes como el “Acuerdo de unión civil» conducente al matrimonio de personas del mismo sexo; el asesinato de niños por nacer, disfrazado de aborto terapéutico, encausando la legitimidad del aborto en toda su magnitud. Y ya prontamente, aparecerá la legislación acerca de la eutanasia; proponiendo que la sociedad joven está cansada de sus ancianos; que por el contrario, éstos, deberían ser honrados y respetados como fuente de saber y experiencia.
Otros, se encuentran indignos de sufrir enfermedades invalidantes, creyéndose con el derecho a tomar el control de su vida que no les pertenece, optando por el suicidio asistido; no entendiendo que es mucho más loable y digno padecer la enfermedad con dignidad. Teniendo la mejor opción, de invocar a Aquel que tiene el poder para sanar, cambiar la mente y el corazón de aquellos que están confundidos por las tinieblas de este presente siglo malo.
Como mencioné anteriormente, la Iglesia del Señor, “sal y la luz del mundo», se ha quedado atrás. O mejor dicho, ¿qué estuvimos haciendo estos 30 años? No hemos tenido la competencia de prevalecer ante la sociedad, como pueblo de Dios conocedores de la absoluta verdad divina. Nos hemos encerado en nuestras iglesias a llenarnos del Señor, sin tener la capacidad de trascender hacia afuera.
Ahora somos tratados por esta sociedad, como retrógrados e intolerantes, gente sin amor, hacia los que quieren vivir la vida a su manera.
¿Qué haremos ahora? Aún tenemos las herramientas que el cielo ha entregado en nuestras manos.
En primer lugar, debemos llenarnos del conocimiento de la Palabra de Dios, que nos habla de la verdad, la única verdad y “buena nueva» para el pecador: No se nace homosexual, no hay un tercer sexo…, la gran noticia, es que Dios está dispuesto a sanar, perdonar y hacer todas las cosas nuevas a los que le buscan.
En segundo lugar, debemos ser gente de oración y ayuno para abrir las puertas del cielo, y lo celestial domine sobre lo terrenal; lo sobrenatural de este Evangelio poderoso, venza la oscuridad en la mente y en el corazón de los hombres
En tercer lugar, llevar a las personas enfermas y confundidas a Cristo; solo Él puede revelarles la verdad y convencerlos que su verdad no es tal, la verdad la tiene Dios en las Escrituras: “Y creó Dios al hombre a Su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27) Tenemos que evangelizarlos, en el amor perfecto de Jesucristo quien no hizo ni hará excepción de personas, para cortar las ligaduras de impiedad. El Espíritu del Señor en su Omnipotencia los hará nuevas criaturas, tal como lo hizo con nosotros.
Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.
Con cariño
Alicia
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